
Hablé con Curro y le propuse hacerle un pequeño reportaje mientras se vestía, mientras se preparaba física y mentalmente para su actuación. Quería conocer ese proceso y contarlo para que todo sepamos cómo vive un hombre sus horas previas a jugarse la vida delante del público, delante de su gente, delante de un toro.
No se me olvidará nunca, sobre todo despúes de lo que pasó en la plaza, después de que un amigo estuviera cerca de lo peor.
La tarde se presentaba estupenda. Tarde de "TOROS" decían en el HOSTAL. Hablaban del sorteo de los animales, de los grandes que eran a pesar de ser un festival, y de lo bonita que es nuestra plaza.
La Peña de Tomás ha esperado mucho tiempo este día. El "maestro" como le gusta llamarlo a su presidente, Fernando Rivera, estaba entusiasmado con verlo en su plaza y por el pequeño pero merecido homenaje que el pueblo le ha rendido al colocarle un recuerdo en el patio de caballos.
Dicen los entendidos que la corrida (los toros), eran buenos y que por eso los diestros pudieron hacer las cosas bien.
La entrada no fue buena, se esperaba más afluencia. El ambiente, fantástico; salvo un pequeño incidente en el graderío que no pasó a mayores y que las fuerzas de orden público solventaron rápidamente y de una forma muy correcta.
El presidente de la corrida, Adelardo Montero, que repetía tras el espectáculo de la feria se mostraba contento y quiso agradecer la predisposición de los toreros con algún premio para todos. Padilla, la figura del cartel,cortó el rabo de su toro y supo ganarse al público con su simpatía a lo alrgo de toda la tarde. Quico ofecer espectáculo y lo consiguió. Parece empezar a ganarse a la afición belmezana.
Tomás estuvo quieto, y eso según me cuentan es bueno. Serio y nervioso toda la tarde. No quería defraudar y consiguió devolver el cariño del público con un buena actuación.
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Y llegó la hora de Curro. Como siempre valiente, demasiado tal vez. Es su plaza, su afición y lleva tiempo preparando este evento.
En las postrimerías de la faena el toro lo alcanzó, levántandolo del suelo y provocándole una caída terrible. Cayó de cabeza. con todo el peso del cuerpo sobre su zona cervical. Inmóvil en el suelo nos hizo vivir momentos dramáticos. Garcias a Dios ahí ha quedado todo y me cuenta que ya piensa en volver a la Plaza. Las fotos del momento no son buenas, me pudieron lor nervios.
La última fotografía del reportaje... las puertas de la enfermería justo antes de que Curro saliera en camilla, con un collarín puesto y con los aplausos y ánimos de la afición.